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jueves, 22 de febrero de 2007

Nunca he tenido un orgasmo... ¿soy frígida?



El término frigidez se usa popularmente con un matiz despectivo para designar a una mujer que es incapaz de obtener placer sexual; clínicamente se emplea el término anorgasmia. Se trata de un problema bastante habitual en las mujeres, sobre todo de cierta edad, con poca experiencia sexual, complejos, miedos o tabúes respecto al sexo.


Desde un punto de vista fisiológico las mujeres suelen necesitar más excitación que los hombres para poder llegar al orgasmo. Pero que nunca se haya experimentado un orgasmo no quiere decir que se sea frígida. El orgasmo consiste en una serie de contracciones de los músculos vaginales que proporciona sensación de relajación y bienestar. Por ello, a veces es necesario ejercitar el tono los músculos vaginales que intervienen en el orgasmo.


Esto se consigue mediante los famosos ejercicios de Kegel, que consisten en contracciones voluntarias de los músculos del suelo pélvico. La pérdida o ausencia de la capacidad orgásmica también puede ser debida a factores de índole psicológica: estrés, ansiedad, complejos, etc. O a causas fisiológicas como el descenso de los niveles hormonales, como en el caso de las mujeres menopáusicas, o incluso debido a la píldora anticonceptiva. Muchas veces la obsesión por conseguir un orgasmo impide lograrlo.


Una cosa es no ser capaz de experimentar orgasmos y otra el no tener deseos sexuales. El primero de los casos no se debe a algún tipo de malformación o alteración de tipo médico, sino a la falta de excitación previa. Para poder llegar al orgasmo lo más conveniente es estimular el clítoris.

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